Sobre el blog

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14 de mayo de 2010

"ESTA ES LA NUEVA HEGEMONÍA MUNDIAL. COMBATÁMOSLA."

Foto de Eugenio Rencuenco

La batalla de ideas en la construcción de alternativas
Perry Anderson
 (El texto es la intervención en la Conferencia General del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales -CLACSO-,  La Habana, Cuba, 30 de octubre de 2003.)

Los dueños del mundo siguen siendo los propietarios de los medios materiales de producción, a escala nacional e internacional. Sin embargo, es igualmente claro que las formas de su dominación ideológica sí han cambiado significativamente.

Mi tema de esta noche es la batalla de ideas en la construcción de alternativas. ¿Cómo podemos comprender este campo de batalla? Es un terreno todavía dominado, obviamente, por las fuerzas que representan lo que desde nuestra perspectiva llamamos una nueva hegemonía mundial. 

Pues bien, para abordar la cuestión de alternativas, es preciso primero considerar los componentes de esta nueva hegemonía. En nuestra visión ésta representa algo nuevo. ¿En qué consiste esta novedad? Si Marx tenía razón, diciendo que las ideas dominantes en el mundo son siempre las ideas de las clases dominantes, es muy claro que estas clases –en sí– no han cambiado nada en los últimos cien años. Los dueños del mundo siguen siendo los propietarios de los medios materiales de producción, a escala nacional e internacional. Sin embargo, es igualmente claro que las formas de su dominación ideológica sí han cambiado significativamente. Quiero comenzar mi intervención con algunas observaciones a propósito, tratando de focalizar más precisamente los tiempos y los contornos de esta mutación. 

Si miramos la situación mundial después de la derrota del fascismo en 1945, con el inmediato comienzo de la Guerra Fría, que dividió a los antiguos aliados de la Segunda Guerra Mundial, el conflicto entre los dos bloques –el Occidente liderado por EU y el Oriente liderado por la Unión Soviética– este conflicto se configuraba, objetivamente, como una lucha entre el capitalismo y el comunismo y fue ésta proclamada como tal del lado oriental, es decir, por los soviéticos. En cuanto al sector occidental, los términos oficiales de la lucha eran completamente distintos. En occidente, la Guerra Fría era presentada como una batalla entre la “democracia” y el “totalitarismo”. Para describir el bloque occidental, no se utilizaba el término de capitalismo, considerado básicamente un término del enemigo, un arma contra el sistema en vez de una descripción del mismo. Se hablaba de la “libre empresa” y –sobre todo– del “Mundo Libre”, no del “Mundo Capitalista”.

Ahora bien, en este sentido, el fin de la Guerra Fría produjo una configuración ideológica enteramente nueva. Por primera vez en la historia, el capitalismo comenzó a proclamarse como tal, con una ideología que anunciaba la llegada de un punto final del desarrollo social, con la construcción de un orden basado en mercados libres, mas allá del cual no se pueden imaginar mejoras sustanciales. Francis Fukuyama dio la expresión teórica más amplia y ambiciosa de esta visión del mundo en su libro El Fin de la Historia. Pero en otras expresiones más vagas y populares, también se difundió el mismo mensaje: el capitalismo es el destino universal y permanente de la humanidad. No hay nada fuera de este destino pleno. Aquí se encuentra el núcleo del neoliberalismo como doctrina económica, todavía masivamente dominante a nivel de los gobiernos en todo el mundo. Esta jactancia fanfarrona de un capitalismo desregulado, como el mejor posible de todos los mundos, es una novedad del sistema hegemónico actual. Ni siquiera en el siglo diecinueve, en los tiempos victorianos, se proclamabaN tan clamorosamente las virtudes y necesidades del reino del capital. Las raíces de este cambio histórico son claras: es un producto de la victoria cabal de occidente en la Guerra Fría, no simplemente de la derrota, sino mas bien de la desaparición total de su adversario soviético, y de la euforia consiguiente de las clases poseedoras, que ahora no necesitaban más eufemismos o circunlocuciones para disfrazar la naturaleza de su dominio. LEER MÁS

2 comentarios:

  1. Primero la imagen esta muy chida pero no la entiendo en vedad , pero el mensaje no es muy claro no entendi , Plop.

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  2. Gracias por compartir el presente texto de Anderson. Una pena que el enlace para continuar la lectura està roto.
    Lo mismo creo que su libro Historia y Lecciones del Neoliberalismo es de fundamental lectura para comprender como hemos llegado hasta el presente con el modelo econòmico dominante y su fracaso pràctico. La crisis econòmica de algunos paises centrales occidentales dan cuenta de ello.

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